Blanqueo de Capitales: “Experto Crede”

Inblac - Instituto de expertos en blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.

La expresión latina “Experto Crede” significa literalmente “Confía en el experto”. Naturalmente, la expresión experto trasmite esa tranquilidad que aporta la cualificación y la experiencia.

En ese sentido, la figura del Experto en Prevención de Blanqueo de Capitales es vital para todo el que desee cumplir con las obligaciones sobre la prevención del blanqueo de capitales de forma satisfactoria y estar totalmente tranquilo y satisfecho ante cualquier eventualidad.

Permítame que se lo ilustre con un relato, cuando termine entenderá el valor de esta figura tan importante.

El señor Luis está tranquilamente sentado en el sofá de su casa. Sí, ese sofá que del abrazo que te da, impide que te levantes de él… ¿Conoce usted esa agradable sensación?. De pronto, se escucha lo que parece un estruendo en la calle, “caramba parece el golpe de un coche”, piensa él.

El murmullo de voces en la calle hace pensar que el golpe ha sido importante. Por la cabeza de Luís, como un rayo, pasa un pensamiento…. Sí, ha acertado usted. Ese estruendo que se ha escuchado, es del coche de Luis que está aparcado justo enfrente de su casa.

Se asoma por la ventana y, ¡que desastre!, sus ojos se dirigen a las abolladuras y vidrios rotos, una sensación de tristeza mezclada con ira le envuelve y no puede por menos que buscar con la mirada al causante de este estropicio, lo busca, y no lo encuentra… ¿Ha pasado usted por una situación parecida? A medida que el disgusto crece, se fija en el cristal delantero del coche, sí, en la luna del coche hay una pequeña tarjeta. ¡Menos mal, el conductor, al menos ha dejado sus datos, no se ha dado totalmente a la fuga!. Una sensación de alivio recorre su cuerpo, la póliza de seguros que usted tiene contratada no le cubriría esos desperfectos del coche.

Antes de continuar el relato, piense en usted. En cualquier momento, su tranquilidad actual puede verse alterada por la llegada de una carta, posiblemente certificada, entregada en mano, tal vez hasta el funcionario o portador de la carta pronuncie en voz alta que es de algún organismo de la sección de Prevención de Blanqueo de Capitales, ¿Percibe el murmullo de las personas que le rodean?

En la carta se le informa de una comprobación de la sección de Prevención de Blanqueo de Capitales. Tal vez, en este instante, le venga a la mente aquellas cosas que ha ido perfilando, a su manera, para salir del paso, sin cuidar los detalles, pero interiormente está convencido de que son insuficientes. Su experiencia basada en premisas como la de “a mí no me comprobarán”, “nunca he tenido una inspección de ningún impuesto”; ha fallado y ahora percibe que si tiene que buscar un buen bufete de abogados que minimice el impacto de un probable expediente sancionador, con toda seguridad, la minuta resultante cuando haya terminado todo el proceso sea más alta que si inicialmente hubiese acudido a un Experto Externo. Usted reconoce ahora, que esa persona le habría orientado en todos los pasos a realizar y habría revisado cuidadosamente su protocolo de trabajo y su diligencia debida habría probado su buena fe y su esfuerzo por cumplir con los requisitos de la Ley y el Reglamento de la Prevención de Blanqueo de Capitales.

Si le parece, volvamos con Luis. Con lo puesto de ir por casa, ropa de verano informal, unas cómodas chanclas de color azul y las llaves de su coche en la mano, procede a bajar raudamente a la calle para valorar “in situ” los desperfectos que ha sufrido su automóvil. Ya en la calle, Luis sólo tiene ojos para su coche, observa que ya no hay testigos de los hechos, hasta los mirones marcharon. Él se acerca lentamente, coge la tarjeta que hay en la luna y, sin leerla, la introduce en el bolsillo trasero de su pantalón.

Luis recuerda que a sólo dos o tres manzanas, dos años atrás había llevado su automóvil a un taller de reparaciones, piensa en que si le hacen una valoración de daños, aunque sea aproximada, cuando se ponga en contacto con la persona que le ha dejado la tarjeta podrá negociar con toda tranquilidad, sin sorpresas. Seguro que en casos parecidos usted hace lo mismo, siempre hay que asegurarse de todas las cosas.

Así, Luis se mete en el coche, lo pone en marcha y se dirige hacia el taller donde con toda seguridad, le harán una valoración del siniestro. Cuando está circulando, nota que el coche hace pequeños movimientos bruscos, como pequeños saltos.

Afortunadamente ve el local donde se encontraba ubicado el taller de reparaciones hacía dos años, pero en estos momentos parece que está cerrado, al menos la persiana está bajada. Lo cierto es que volver hacia atrás no le apetece en absoluto, ¡con el coche en ese estado!, ¿Volvería a encontrar aparcamiento donde lo dejó?, decide continuar. Así que enfrente del local, ve un hueco libre y decide aparcar. ¡Vaya contrariedad! –musita con un hilo de voz- ¡Es un aparcamiento reservado para minusválidos!. Por su mente, empiezan a pasar pensamientos parecidos a los que todos podemos tener en situaciones como estas: “¡Pero, son sólo cinco minutos!, ¡Con el coche dando bandazos es una necesidad!, ¡Mi experiencia me dice que no pasará nada!, “¡He visto que otros lo hacen y nunca los han multado!”.

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Luis dirige su coche dando tumbos hacia la plaza reservada para minusválidos y antes de que lo haya aparcado del todo, se acercan dos motoristas de la Guardia Urbana. Luis se empieza a notarse hiperventilado, síntoma claro de que estaba pasando por una sensación de pánico.

Los dos agentes de la Guardia Urbana, se bajan de sus motos, y se acercan al coche, le saludan educadamente y le solicitan la documentación, y, ¡Qué fatalidad!, se la ha dejado en casa. Claro, como usted tiene presente, Luis no tenía previsto salir con su automóvil, sólo bajó a ver como estaba la situación. Decidió improvisar sin pensar en las consecuencias.

La Guardia Urbana, a través de uno de sus agentes, firme pero atento, solicita salir del coche a Luis. Al intentar bajarse del coche, las chanclas de Luis hacen ese ruido característico, a menudo, desagradable. Las miradas de ambos agentes se dirigen hacia sus pies. Antes de que los representantes Guardia Urbana digan algo más, Luis saca la tarjeta del bolsillo de su pantalón, explica entrecortado todo lo que ha pasado y entrega la tarjeta a uno de los agentes. Éste después de leer, frunce el ceño, se la enseña a su compañero, Luis nota como el segundo agente le clava una mirada. Dicho agente da la vuelta a la tarjeta para que Luis pueda leerla. La tarjeta dice: “Gimnasio Matadepera. Mantenga ágil su tibia y su cadera”.

¡Es propaganda, propaganda!, dice Luis, rápidamente con un hilo de voz suave, entrecortada, explica que va al taller de reparaciones que está ahí frente y lo señala con el dedo. Los guardias miran hacia donde señala con el dedo, y ven un local con las persianas bajadas cuyo rótulo dice: “Tatuajes y Piercings”

Apreciado lector, ¿Cómo cree que acabará la historia? Sin papeles, con chanclas, con el coche en malas condiciones, aparcando en un lugar para minusválidos y contando historias inverosímiles. ¿A cuánto ascenderá la sanción? ¿Lo llevarán a comisaría? ¿Acabará en la cárcel?

¿Es usted un sujeto obligado a la normativa sobre Prevención de Blanqueo de Capitales? Pues algo parecido le puede suceder a usted. El no disponer de un manual o no dejar establecido un protocolo de actuación que sea conocido por todos los que trabajan en su empresa, puede empezar mal la conversación con los funcionarios que hayan ido a revisar la línea de actuación de su empresa para prevenir que terceras personas la utilicen para blanquear capitales.

Tal vez, llegado a este punto del relato, usted se plantee si es un sujeto obligado a la normativa de Blanqueo de Capitales, o, si simplemente está siguiendo las instrucciones de su Ley y Reglamento de forma apropiada, algo perfectamente lógico teniendo en cuenta su severo régimen sancionador.

Por otro lado, medite usted un momento, gran parte del problema que ha experimentado Luis radica en lo que el recordaba de hacía dos años, presuponer que todo continuaba igual ha sido su error. Los Expertos en Prevención de Blanqueo de Capitales están al día con la normativa fiscal, penal y de cualquier otra clase por lo que se asegurarán anualmente de que usted no tenga ninguna incidencia con respecto a este tema.

Recuerde, Luis, se olvidó de identificar al posible infractor, no leyó la tarjeta, dio por supuesto que el contenido de la tarjeta eran las señas de contacto. Tal vez si hubiese mirado el resto de coches aparcados hubiese visto que habían otras tarjetas como la que había en su automóvil. La mala vivencia le impidió ver de forma objetiva la situación. La diligencia debida obliga a todos los sujetos pasivos a identificar a posibles clientes antes de establecer negocios con ellos para no ser copartícipes de su intento de blanquear a través de sus empresas. Por ello, cualquier Experto en Prevención de Blanqueo de Capitales le orientará los pasos que usted y todos sus empleados tienen que seguir en su empresa para cumplir este requisito obligatorio con éxito.

Tranquilo, desde la Asociación INBLAC, o desde la firma a la que represento, cuyos datos encontrará a pie de página, cualquiera de los Expertos en Prevención de Blanqueo de Capitales podemos ayudarle en la elaboración, tramitación, formación o, si lo prefiere, en un seguimiento anual de todos los pasos, tanto los aconsejables como los obligatorios, con el fin de que no experimente algo parecido a lo que sintió Luis.

Tenga presente, Luis iba al taller para que elaborasen un presupuesto sobre los daños, nosotros le planteamos que nos consulte antes, para elaborar un presupuesto que evite el que usted tenga graves daños en forma de sanciones o de desagradables amonestaciones públicas o privadas. Con toda probabilidad, salvo que usted pertenezca a una gran empresa, ninguno de esos presupuestos ascenderá entre 60.000 euros o 1.500.000 euros, que son algunos de los importes de las sanciones mínimas y máximas en materia de Blanqueo de Capitales.

No lo dude, ¿Se habrá dado cuenta?, ¿No? Al final, cuando verdaderamente importa, el resultado es que trabajar con un Experto no será un gasto, es y será siempre, una buena inversión.

Sí, Experto Crede: “Confía en mi experiencia”

 

Juan Ramón Gómez

Experto en Prevención de Blanqueo de Capitales.

MORERA ASESORES & AUDITORES miembro de IECnet.

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